domingo, 11 de octubre de 2009

Ella es mar.


Brotan por si solos los versos, como lágrimas de amargura, brotan de sus ojos como gotas de roció después de la aurora. La tristeza invade su alma mientras los rayos de sol atraviesan su cabello, sus manos agrietadas revelan el pasar del tiempo. Tan solo el sonido del mar la tranquiliza, lleva mucho tiempo buscando un poco de felicidad, jamas la encontró, y hoy posa su alma bajo la sombra del olvido mientras sus párpados van cayendo con la puesta de sol, mientras el frió cubre sus heridas, sus sueños desaparecen, de que sirve soñar si no estas vivo?
Hace mucho que dejó de existir, murió aquel día que desapareció su amado, y con el su felicidad.
La luna guia sus pasos cada noche cuando recuerda los breves momentos de alegría, cuando caminaban juntos sintiendo el mar en sus pies, cuando su espíritu sombrío se veía iluminado con cada estrella del firmamento y sentía volar entre sus brazos.
Hoy ha tomado la decisión de fundirse con las aguas del mar, y reposar por siempre entre las cálidas olas que un día acariciaban sus cuerpos mientras se amaban con locura.
Hoy se despojó de su cuerpo y su amargura, ahora se encuentra eterna entre su tranquilidad y es feliz.

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