Mientras empaco las maletas, guardo los recuerdos de mi vida en pequeñas cajas de cartón, de paredes gruesas para evitar que se rompan, siento que mi alma se cuela por las tuberías de esta casa de muebles viejos, agrietados por el tiempo.
Dejo un trozo de mi vida esperando en el sofá, junto al puñado de secretos que compartía con las paredes.
Guardo con mi bufanda azul (mi favorita) y los poemas que nunca publicare, la dirección del lugar que nunca visitaré y que seguramente me arrepentiré cuando viejo te recuerde.
El frío eco de los suspiros envuelve ya los cuartos vacíos, donde tantos sueños nacieron y murieron, donde mi alma loca tomo forma, y tus besos se convirtieron en poesía.
Nunca me fije en la cantidad de cosas que poseo, la verdad no son muchas, mi vida se resume a un par de maletas y una caja de recuerdos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario