domingo, 1 de noviembre de 2009

Falsa Fiesta.


Monos vestidos de reyes, arpías por princesas.
Demonios disfrazados de hombre siguiendo la línea como corderos, bailan y ríen hipócritamente, fingen ser felices, mientras son esclavos del que dirán.
Romperán las copas con sus gritos al mirar su reflejo en el espejo.
Brindan por sus pecados con un trago amargo que quema sus lenguas que antes pronunciaban promesas vanas.
Caerá fuego de sus ojos y se convertirán en cenizas al viento, serán tan solo el eco de los aplausos de sus verdugos, que quieren sus cabezas, pero en silencio para que no sospechen de ellos.
Plasmarán sus actos en instantáneas sin color.
Sus vidas escaparán por la mañana sin que se den cuenta.
Echan tierra y flores marchitas en sus tumbas, no dejarán rastro ninguno de lo que son, ni de lo que nunca fueron.

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